Detención

Iba a escribir sobre Paul Auster y las coincidencias. Cuando acababa de decidir el asunto del post, unos gritos en el rellano me han hecho posponer el intento. La guardia urbana estaba procediendo a una violenta detención en la puerta de mi casa. Un presunto agresor navaja en mano amedrentaba a una ex-novia que vive justo en el piso enfrente del mío. Ni mi barrio ni mi edificio son especialmente conflictivos, pero ya el 12 de junio de 1989 la policía detuvo a otra persona en mi rellano. El detenido bajaba del cuarto segunda (donde, preso de furia, acababa de tirar una lavadora y una televisión por el balcón, entre otros actos) y la policía ascendía a toda prisa las extenuantes escaleras que yo me pateo varias veces al día. El encuentro fatídico tuvo lugar exactamente frente a mi puerta. Hubo sangre, igual que hoy (el agresor celoso de esta noche se ha cortado con su propia navaja). Aparte de esto, constatar que Paul Auster conoció a su mujer la misma tarde en la que yo daba mi primera clase particular y ganaba mis primeros duros. Eso es lo que me proponía explicar en este post, pero no me han dejado.