Desinformación

Unos gritos estremecedores me sobresaltan y me sacan a empellones de mi sueño. Miro el reloj, domingo, 8:33 de la mañana. ¿Fuego? ¿Violencia conyugal? Ya lo has adivinado, y yo también. He tardado exactamente 13 segundos de vigilia en darme cuenta: fútbol. Pero si España no juega hasta el miércoles…

Es cuando bajo a por el periódico que me veo dos pisos más abajo del mío, con la puerta semiabierta, a unos ochocientos ecuatorianos pegados a una pantalla viendo el Ecuador-México. Tócate las gónadas, resulta que ya no volverán a gritar en toda la mañana. México acabará ganando 2 a 1 y los veré desfilar cabizbajos hacia el entresuelo, abocados a la calle. A mediodía, las crónicas hablan de que el gol tempranero de Ecuador no sirvió para nada. No os creais las noticias, el gol de Ecuador tuvo un efecto de la hostia.