Blow up

Llevo unos días metido en el montaje de Nitbus. Al final he usado un plano que rodamos en la Plaça de Catalunya, robado a eso de las 11 de la noche. Ninguna de las personas que aparece en el plano es consciente de que nosotros estábamos detrás, la cámara estaba camuflada dentro de una furgo de tamaño mediano. Usando el zoom del Adobe Premiere, he ampliado una zona del encuadre, donde aparece una pareja despidiéndose justo en el momento que irrumpe un autobús en la parada. Lo he visto una y otra vez: la chica se despide y le da dos besos al chaval, pero él se cobra en el último momento un tercero de propina, para luego acabar abrazándola descaradamente, ante la sorpresa de ella, y aquí es donde yo pongo el resto e imagino toda una noche de charla trás una primera cita, o ¿una reconciliación?. Me muero de ganas de ver el plano en 35mm, proyectado en pantalla grande, donde se puedan incluso leer los labios de los protagonistas del lance. No soy tan guapo como David Hemmings, pero sustituyendo las ampliaciones en blanco y negro por las ventanitas del Premiere, me siento tal que el fotógrafo de Blow Up, aquél que descubría un asesinato en sus negativos de blanco y negro ampliados hasta el infinito…